América Latina y el Caribe terminará 2020 con una
caída del PIB del 7,7% y una tasa de paro del 10,7% en la peor crisis en 120
años, estima la comisión de la ONU para la región, que prevé que en
2021 podría rebotar un 3,7%. Sin embargo, advierte que si hay más rebrotes y
confinamientos por COVID-19, la recuperación podría retrasarse aún más, por lo
que es crucial que la gente mantenga muy altas las medidas de
protección. La distribución de las vacunas es otro factor que será
determinante. “La pandemia no está controlada aún”, dice Alicia
Bárcena.
La Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL) publicó este miércoles sus proyecciones de crecimiento para
la región en 2020 y 2021, aclarando que la actividad productiva está sujeta a
una gran incertidumbre relacionada con la pandemia de COVID-19.
La secretaria ejecutiva de la CEPAL presentó el
estudio en una conferencia de prensa en la que el mensaje central fue la
urgencia de que la población no relaje por ningún motivo las medidas de
protección sanitaria durante esta temporada de fiestas. “La pandemia no ha
pasado, estamos frente a alarmas de rebrotes, el cuidado es fundamental”.
"La vacuna ya está lista, pero esto no significa que
la pandemia se haya controlado, todavía no sabemos cuándo y cómo se
distribuirá."
Alicia Bárcena afirmó una vez más que la crisis
será más larga de lo esperado e insistió en que la recuperación económica en la
región dependerá de que se ponga freno al coronavirus, una tarea en la que
todas las personas pueden ayudar.
“La vacuna ya está lista, pero esto no significa
que la pandemia se haya controlado, todavía no sabemos cuándo y cómo se
distribuirá, por eso es fundamental que la gente mantenga la disciplina, que
nos sigamos cuidando en esta temporada”, recalcó Bárcena.
En su Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el
Caribe 2020, la CEPAL prevé una caída de 7,7% este año y un crecimiento de
3,7% en 2021, aunque aclara que ese avance respondería a un rebote estadístico
y que no será suficiente para recuperar los niveles de actividad previos a la
pandemia, cuando la región crecía muy poco.
La región más golpeada
El informe recuerda que ya antes de la crisis del
coronavirus, la región avanzó apenas una media de 0,3%en el periodo 2014-2019 y
que el año pasado sólo creció 0,1%. Este escenario empeoró con los
confinamientos y el cierre de las actividades productivas provocados por la
pandemia, que conllevaron una caída del comercio y los ingresos tributarios,
dando lugar a la peor crisis económica y social ocurrida en América Latina y el
Caribe.
Una de las consecuencias inmediatas de la crisis es
el aumento del desempleo, que habría llegado a 10,7% en 2020, incrementando así
la pobreza y la desigualdad.
Según la CEPAL, el Caribe sería la subregión más
afectada, con una contracción de 7,9%. Le seguiría América del Sur con -7,3% y
Centroamérica con 6,5%. México, por su parte, retrocedería 9%.
“Nuestra región es la más golpeada del mundo”, dijo Alicia Bárcena y explicó la pandemia ha magnificado los problemas estructurales históricos de los países que la integran: desigualdad, baja recaudación fiscal, niveles altos de actividad informal, y fragmentación de los sistemas de salud y protección social.
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Las plantaciones de caña de azúcar y soya han remplazado hectáreas de selva amazónica, con pocas precauciones de cara al impacto medioambiental. Foto: PNUMA/Arendal |
Para remontar esta coyuntura, estas economías
“precisan de una mejor distribución de la liquidez mundial”, acotó.
Añadió que, si bien algunos países de la región han
podido obtener liquidez con la emisión de bonos soberanos, no todas las
economías tienen acceso a ese mercado.
La responsable de la CEPAL aseveró que, además de
liquidez, Latinoamérica y el Caribe necesita políticas fiscales y monetarias
convencionales y no convencionales que permitan impulsar la actividad
económica.
“Se deben mantener políticas expansivas, se
necesita seguir apoyando a las familias”, apuntó refiriéndose a las ayudas
financieras de emergencia que muchos gobiernos dan a la población para
apuntalar la crisis.
Subrayó también que hace falta cerrar los espacios
de evasión fiscal para fortalecer ingresos públicos.
El documento de la CEPAL enfatiza la necesidad de
inversiones públicas en sectores dinámicos y ambientalmente sostenibles.
Bárcena llamó a no olvidar que la humanidad tiene
encima la espada de Damocles del cambio climático.
Retornar a la senda productiva quiere decir “crecer
con empleo de calidad y con poca huella ambiental”, agrega.
Estas medidas no sólo dependen de los gobiernos
nacionales. “Requerimos financiamiento y cooperación internacional”, enfatizó
Bárcena.
En este sentido, pidió que se incluya a los países
de renta media en las iniciativas de moratoria del pago de deuda, que se les dé
acceso a los derechos especiales de giro y que se les otorgue financiamiento
concesional. Prebendas, todas, limitadas por ahora sólo a los países de bajos
ingresos.
Asimismo, pugnó por planes de recuperación que
abarquen la universalización de la salud, la educación y los seguros de
desempleo.
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OMS/OPS Guyana La OMS ofrece capacitación a los trabajadores de salud de Guyana para hacer test de coronavirus. |
Con respecto a los pronósticos para 2021, la CEPAL
destacó que están sujetos a una serie de elementos inciertos como la intensidad
y propagación que tendrá la segunda ola de contagios de COVID-19; la capacidad
de producción y distribución de las vacunas; la capacidad de los países de
mantener los estímulos monetarios y fiscales; y las tensiones tanto
internacionales como internas debidas al malestar social.
De acuerdo con el organismo de la ONU, el año
entrante los rebotes en la economía de las subregiones serían de 3,7% en
Sudamérica, 3,8% en América Central y 4,2% en el Caribe. México repuntaría un
3,8%.
Este rebote, no obstante, representa un
“crecimiento genuino” de apenas 0,6% para la región, 0,6% para América del Sur
y 0,8% para Centroamérica y México.
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La CEPAL calcula que Latinoamérica y el Caribe no alcanzarán los niveles de actividad de antes de la pandemia hasta 2024. |
Depende…
Alicia Bárcena hizo hincapié en que el cumplimiento
de todas las proyecciones dependerá de los posibles rebrotes de la pandemia y
de cuándo esté disponible la vacuna.
Del mismo modo, será determinante que los gobiernos
puedan continuar las políticas expansivas, que la inflación se mantenga baja,
que se amplíe su acceso a la liquidez y que se sostengan los precios de las
materias primas.
“La crisis va a durar, será más larga de lo que
esperamos. Y los rebrotes o nuevos confinamientos pueden afectar las proyecciones”,
alertó Bárcena.
En este tenor, insistió en que las personas deben
cuidarse. “La gente debe mantener la disciplina porque la pandemia no está
controlada aún. Si la vacuna llega pronto, puede que el segundo semestre del
próximo año sea mejor, pero no se sabe”, dijo.
Reiteró enfáticamente la conciencia que debe haber
sobre la emergencia sanitaria y sus implicaciones.
“La gente tiene que comprender que, además de la
salud, la continuación de la pandemia va a afectar su bolsillo”, indicó.
Antes de concluir, repitió que no debe haber un
relajamiento de las medidas de protección. “La pandemia no sigue ahí, no está
controlada aún”, recalcó.