"Te miran como si no fueras
humano": el racismo que tienen que enfrentar los negros
El movimiento Black Lives Matters y las protestas antirracistas no han
tenido tanto eco en Rusia como en otros países, pero eso no quiere decir que la
discriminación no sea allí una realidad cotidiana para muchos.
Se calcula que en la nación viven decenas de personas de origen étnico
mixto, además de inmigrantes de países africanos y caribeños que llegaron a
trabajar o estudiar.
Cinco de ellos nos contaron sus experiencias.
Recientemente, el video de un taxista negándose llevar a un hombre
negro en su vehículo llamó la atención en las redes sociales de Rusia.
El pasajero que quedó en la acera era Roy Ibonga, un estudiante
congolés de 21 años que asiste a la Universidad Estatal de Bryansk.
En su video, publicado en redes sociales, se puede escuchar al taxista
decir: "Si no me gusta una persona, no la recojo. Es mi automóvil".
Cuando Roy le pregunta directamente "¿Eres racista?", el
conductor le responde: "Sí, por supuesto".
Más tarde, la empresa de taxis Yandex, el equivalente ruso de Uber, le
pidió disculpas a Roy.
"Gracias por encontrar una manera de hacernos saber de este
comportamiento intolerable. Siento mucho que le haya sucedido", le
escribió un representante de servicio al cliente.
El taxista fue despedido ese mismo día. La empresa declaró que
"conductores groseros o racistas no tienen lugar en Yandex Taxi".
Roy escribió sobre el incidente en Instagram. Algunos usuarios le
expresaron su apoyo, pero otros respondieron con insultos racistas.
Luego, Roy canceló su cuenta. Algunos usuarios criticaron a Yandex por despedir
al taxista e inclusive instaron a un boicot.
"Una vez no me dejaron entrar en un café"
Roy vive en Bryansk, una ciudad 380 km al sur de Moscú, donde no es el
único estudiante africano, sin embargo, dice que todos ellos han experimentado
el mismo trato racista.
"Ese incidente del taxi -sucede muchas veces. Yo simplemente
decidí hacer un video en esta ocasión para mostrárselo a la gente. Siempre pasa
lo mismo. Les pasa a mis amigos también, pero ellos no lo mencionan porque no
hablan ruso.
"Una vez, el año pasado, no me dejaron entrar a un café. El
guardia de seguridad me dijo, 'Usted no puede entrar porque la última vez que
africanos vinieron empezó una pelea'. ¿Eso qué tiene que ver conmigo?,
pregunté. Pero no me dejó entrar. Hasta llamó al gerente y me dijeron que no me
permitían entrar".
"Tal vez se deba a que no hay muchos de nosotros y que no hayamos
estado aquí mucho tiempo, así que la gente no está acostumbrada a nosotros. Hay
una gran diferencia entre Bryansk y Moscú. Moscú es como un país diferente.
Nunca me sentí discriminado allí".
Roy asegura que nunca ha visto a un policía golpear a una persona negra
en Rusia" y "nunca he tenido problemas con la policía aquí".
"Si la gente es racista contra mí, simplemente me alejo. No hay
por qué ser agresivo. De todas maneras esa gente no va a entender y no va
a cambiar. Trato de ignorarlo. Es motivo de estrés. Empiezas a pensar, '¿Por
qué nací negro?'".
"Nací en el Congo y pasé toda mi vida allí. Sólo me topé con el
racismo cuando vine a Rusia en 2017. Lo encuentro muy hiriente. Sales a la
calle y todo el mundo te mira como si no fueras humano. Es realmente
ofensivo".
Isabel Kastilio, 27 años, gerente de mercadeo
"Vivo en Moscú, pero fui a la universidad en San Petersburgo y
nací en Yuzhno-Sakhalinsk [en el lejano oriente de Rusia]."
Isabel relata que fue tratada desagradablemente por los otros niños en
la escuela y le recordaban todos los días que el color de su piel era
diferente.
"Era muy difícil soportarlo todos los días, aunque fui a una de
las mejores escuelas de la ciudad, especializándome en matemáticas y física. No
podía defenderme allí. No le contaba nada al respeto a mis padres. Mi hermano
mayor me protegía en la escuela. Algunas veces se metía en peleas por mí".
Isabel soñaba con salir de Yuzhno-Sakhalinsk a algún lugar donde
pudiera caminar por la calle sin que la gente la mirara fijamente. Tanto ella,
como su padre dominicano eran observados así de manera rutinaria.
"Cuando me mudé a San Petersburgo, todo mejoró mucho, me empecé a
olvidar de que me veía diferente. Pero después, cuando empecé a trabajar y
necesitaba arrendar un piso, sentí el racismo otra vez.
"Eslavos únicamente" '
Fue especialmente malo en Moscú, afirma Isabel. Todos los clasificados
de arriendos decían "Eslavos únicamente".
"Cuando los propietarios escuchaban mi nombre en el teléfono,
aunque tuviera un permiso para vivir en Moscú, no creían que pudiera pagar el
arriendo. Tenía que coordinar una cita en persona, para que pudieran ver que
era una persona normal con un trabajo normal y que no iba a convertir su
apartamento en una guarida de drogas".
"Cada vez que conocía a alguien nuevo, tan pronto se relajaban
empezaban los chistes. Yo los ignoro o tomo parte en el cotorreo, si veo que
sólo están bromeando. Si siempre te enfadas eso te vuelve un manojo de
nervios".
"Enemiga del pueblo"
La madre de Isabel es de la isla de Sakhalin y su padre de República
Dominicana. Se conocieron en los 1980, cuando estudiaban en Kiev, la capital de
la entonces república soviética de Ucrania.
El padre de Isabel llegó a la Unión Soviética mediante un programa de
intercambio estudiantil. Isabel dice que cuando sus padres se casaron, cuando
todavía eran estudiantes, la reacción de la universidad fue negativa. Su madre
fue hostigada y llamada una "enemiga del pueblo".
"Le empezaron a dar malas calificaciones en la universidad, aunque
siempre había sido de las primeras en la clase. Un día después de dar a luz a
mi hermano tenía un examen. La universidad se negó a posponerlo. No le
dieron la oportunidad de defender su tesis apropiadamente. Siempre obtuvo las
mejores notas, pero no le dieron nada más alto que un grado de tercera
clase".